Alcohol isopropílico, también llamado isopropanol, 2-propanol, propan-2-ol, es un alcohol incoloro, muy miscible con el agua. Su fórmula química semidesarrollada es H3C-HCOH-CH3, no es apto para beberlo, pero puede ser más efectivo para el uso como secante.
Usos del alcohol isopropilico:
El alcohol isopropílico tiene gran variedad de usos. Por su semejanza con el alcohol etílico, puede utilizarse en sustitución de él en muchos casos. Dado que el alcohol isopropílico no es potable, su fabricación y su venta están exentas de la tributación y control gubernamentales que existen para el alcohol etílico. Una ventaja es su menor costo por unidad, que se traduce en precio de venta más bajo.
En comparación con el alcohol etílico tiene una tensión superficial más baja, mayor poder disolvente de grasas y acción mortífera más rápida sobre muchos gérmenes. Se usa para fricciones y como desinfectante: alcohol isopropílico (99%) y alcohol isopropílico para fricciones, que tiene una concentración aproximada de 70% en volumen.
El alcohol isopropílico también se utiliza como líquido para frenos hidráulicos y como componente de desengrasadores, limpiadores y quitamanchas; para secar los objetos metálicos antes de someterlos a galvanoplastia, en tintas y aceites de secado rápido y como sustituto del alcohol etílico en la preparación de lociones, medicamentos, jabones y otros productos farmacéuticos.
El consumo para usos industriales en los Estados Unidos, en 1950,o se calcula distribuido en esta forma: para la fabricación de acetona 68%; en otros productos químicos 8%, como disolvente, 8%; en soluciones anticongelantes y deshelantes 6%; en alcohol para fricciones, medicamentos y cosméticos, 3%; para exportación 5%; y para usos varios, 2%.
Toxicología:
Si se ingiere el alcohol isopropílico se absorbe rápidamente en el tubo digestivo y se difunde a los tejidos; una parte se transforma en acetona, que puede descubrirse en el aliento a los quince minutos y en la orina una hora después de la ingestión. El alcohol isopropílico desaparece de la sangre a través de los órganos de excreción en un tiempo variable según la eficacia funcional de estos órganos. Numerosos ensayos han demostrado que no causa daño a la piel de los animales de ensayo o del hombre y no hay pruebas de absorción ni de irritación cutánea.